Begoña Aznárez Urbieta es una reconocida psicóloga y psicoterapeuta con una destacada trayectoria en intervención clínica especializada en trauma. Actualmente, ejerce como Presidenta de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia (SEMPyP) y dirige el Instituto para el Desarrollo y la Aplicación de EMDR (IDAE), dos referentes en el ámbito de la psicoterapia y la técnica EMDR en España.
Presidenta de la SEMPyP y formadora comprometida
Como presidenta de la SEMPyP, Begoña Aznárez es directora del programa de “Especialista en Clínica e Intervención en Trauma con EMDR” en colaboración con la Universidad San Jorge, una formación práctica y rigurosa sobre esta técnica de tratamiento del trauma que incluye múltiples cursos especializados. Se trata de un espacio formativo diseñado para quienes desean aplicar la Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR) con precisión, empatía y eficacia clínica.
En 2011, funda el Instituto para el Desarrollo y la Aplicación de EMDR (IDAE), siendo su presidenta desde entonces. El instituto, registrado en el Ministerio del Interior, nace con el firme propósito de contribuir a la correcta aplicación y la máxima difusión del EMDR entre los psicoterapeutas.
Además, ha desarrollado proyectos de investigación en colaboración con el Hospital Universitario Infanta Cristina para demostrar la eficacia de la técnica EMDR en el tratamiento de las secuelas de experiencias traumáticas.
Trayectoria y Especialización
Graduada en Psicología, Begoña Aznárez obtuvo el título de Psicoterapeuta avalado por la European Federation of Psychologists’ Associations (EFPA). Esta acreditación respalda su formación avanzada y ética profesional en psicoterapia, destacando su compromiso con los estándares más exigentes de calidad.
Su carrera profesional destaca en el estudio de la íntima relación cuerpo-mente y sus repercusiones clínicas. Su práctica profesional se caracteriza por un enfoque integral que abarca múltiples áreas de especialización, tales como la psicoterapia breve con niños y adolescentes, la intervención en el trauma psíquico, y el uso del EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) para facilitar procesos de curación a nivel profundo.